Alan Hernandez
Las ansias porque llegara el estreno en la pantalla grande 'De Noche con el Diablo', son muestra de que la publicidad es parte medular de un negocio, y es que levantar hasta ese punto una película independiente de terror es un logro innegable, pero más allá de los reflectores puede haber oscuridad.
Desde que zarpó a su ruta de festivales y que el mismo Stephen King escribió sobre su “grandeza”, 'De noche con el diablo' se postuló en el limbo de ser una buenísima y aterradora experiencia cinematográfica de horror, como todos comentaban; o de ser más palabrería que resultados y sorpresiva pero desafortunadamente tiene de un poco de ambos lados.
Un show nocturno con un simpático presentador que ha pasado de ser el número 1 a casi desaparecer, es el ambiente de la película, y se plantea que Jack Delroy, (nombre de este protagonista), acaba de perder a su esposa debido al cáncer, por lo que no se puede permitir seguir perdiendo y para ello hará hasta lo último que esté en sus manos: invitar a un médium, un escéptico y una doctora que cuida y trata a una niña sobreviviente de un culto satánico, la cual se presume, está poseída.
Desde el principio se advierte que lo que se va a presenciar en la pantalla es un Found Footage (Metraje Encontrado), que incluye secuencias detrás de cámaras que no fueron vistas en la televisión, pues ocurrían durante los anuncios.
Luces, cámara y acción, todo ocurre durante la atmósfera de Halloween con el patiño del presentador disfrazado, gente vestida de calaveras en el público; todo es excelente para conducir a los espectadores al plato fuerte, el pináculo del terror, el diablo mismo como invitado especial; Pero esto ocurre con un ritmo muy lento, pues pasan una serie de situaciones que ponen a pelear al aburrimiento y a la expectativa por la gran recompensa y cuando esta finalmente llega el ansiado momento, la película ya va por más de la mitad de duración.
Hacia el final de todo, el filme entra en una especie de túnel surrealista, que juega con la veracidad de lo visto por el espectador del programa en sí, de los asistentes al show y muy ingeniosamente hasta por los asistentes al cine. Sin embargo, el cierre se siente muy abrupto, pues en medio de una avalancha de secuencias que envuelven sangre, violencia, demonios, electricidad y muertos, de pronto se recupera una subtrama pobremente explotada: una secta.
Al principio se menciona que Delroy pertenece a un grupo de personas exitosas que están en un “club”, que parece más bien una especie de culto y sin dejar al desnudo el filme, parece que esto tiene una conexión con la vida privada del presentador y sin que haya más explicación o desarrollo del recurso, la transmisión se corta, y deja muchas preguntas, más de las que uno quisiera, sin opciones a rellenar.
De todas formas, es una película entretenida, que divierte a cualquiera que guste del terror y que se disponga a prestar su atención a la pantalla por aproximadamente una hora y media. Además hay guiños a filmes clásicos de terror, los cuales están escondidos y otros no tanto, pero que seguro los seguidores de esta cinematografía, reconocerán a la primera.
Con todo lo mencionado, es como De noche con el diablo deja a la reflexión que se haya vendido como una “redentora” del subgénero de exorcismo, pues en medio de una invasión de lugares comunes que tienen que ver con sacerdotes, monjas y biblias, que un argumento fresco tenga tan buena recepción, se presume como una necesidad.
Por lo que cualquier cosa que ponga al género fuera de su zona de confort es digna de ser reconocida, pero es importante no confundir un acierto o una decisión atinada con la redención de un género; y 'De noche con el diablo' resulta ser un capítulo más en el inmenso libro de las cintas que se venden con recomendaciones de renombradas figuras y que no llenan expectativas.
"De Noche con el Diablo": Entre la Promesa del Terror y la Realidad de la Expectativa no cumplida