El Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG40) rindió un homenaje entrañable a una figura imprescindible del cine portugués y europeo: María de Medeiros. Actriz, directora, guionista y activista, Medeiros recibió el reconocimiento como parte del foco especial que este año el festival dedicó a Portugal, celebrando así no sólo su trayectoria, sino el vínculo artístico y cultural que ha tejido entre cinematografías de distintas latitudes.
“Me emocionó profundamente este homenaje”, confiesa la actriz. “Que el festival esté dedicado al cine portugués y que me inviten a formar parte de este puente entre nuestras cinematografías es bellísimo. Hay tantas películas en portugués que merecen ser vistas”.
Un debut guiado por el azar… y la pasión
Aunque su rostro es ampliamente conocido por películas icónicas como 'Pulp Fiction' de Quentin Tarantino o 'Henry & June' de Philip Kaufman, el inicio de María de Medeiros en el cine fue casi accidental. Su entrada a la pantalla grande ocurrió a los 15 años, cuando el legendario y excéntrico cineasta portugués João César Monteiro la eligió como protagonista de Silvestre. “Fue un encuentro transformador. Entendí que el cine es el juguete más completo que existe: puedes explorar, jugar, crear imágenes. Me enamoré tanto de actuar como de estar detrás de la cámara”, recuerda.
Medeiros ha navegado con libertad entre idiomas, países y géneros, desde la ficción histórica hasta el documental y el teatro filmado. Su presencia en más de 100 títulos es testimonio de una actriz que no ha seguido rutas comunes, sino que ha preferido las sendas menos transitadas y con más riesgo artístico.
La niña que vio “Roma, ciudad abierta”
María de Medeiros no olvida la violencia emocional que le provocó, siendo apenas una niña, ver 'Roma, ciudad abierta' de Roberto Rossellini. “Mis padres me la mostraron cuando tenía 7 u 8 años. Fue una experiencia dura, pero se convirtió en una especie de vacuna. Entendí desde entonces que el fascismo nunca más”.
Esa sensibilidad temprana hacia las heridas de la historia marcaría muchas de sus decisiones posteriores como artista. 'Capitanes de Abril' (2000), su debut como directora, es quizá el ejemplo más elocuente: una cinta sobre la Revolución de los Claveles en Portugal, narrada con rigor histórico y humanidad. Para Medeiros, la memoria no es un ejercicio melancólico, sino una herramienta vital de resistencia.
“Lo que me seduce son las historias que tienen que ver con nuestra conciencia en el mundo, con no apagar la memoria. Sólo la memoria nos permite situarnos y valorar lo que ya tenemos”.
Entre lo espontáneo y lo elegido
Aunque reconoce que, como actriz, la elección de proyectos suele llegar “como milagros” que aparecen sin plan previo, también admite que del otro lado de la cámara todo cambia. “Como directora, tienes que elegirlo todo. Y para eso, necesitas una historia que valga la pena pelear durante años”.
Una de esas historias está ya en camino: Medeiros prepara un nuevo largometraje con apoyo del FICG, centrado en una mujer portuguesa que vivió intensamente la Revolución Cubana y dedicó su vida a la causa revolucionaria. El proyecto promete ser otra exploración profunda de las relaciones entre memoria, historia y militancia.
María de Medeiros: puente, faro y testigo
María de Medeiros encarna ese cine que se resiste a las fórmulas, que busca preguntas más que respuestas, que une territorios a través del arte y que insiste en recordar cuando todo parece estar diseñado para olvidar.
Con una filmografía que cruza lenguas y fronteras, y una conciencia artística que nunca se ha rendido al espectáculo vacío, Medeiros continúa siendo, a sus más de 50 años, una figura indispensable para pensar el cine como espacio de memoria, de resistencia… y de belleza.
FICG 40: María de Medeiros: El cine como puente y como memoria