La Raya, el segundo largometraje de ficción de Yolanda Cruz, directora chatina originaria de la sierra sur de Oaxaca, se presentó con gran aceptación en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) 2024.
La cinta explora, con un toque de humor y elementos mágicos, la vida de Sotera Santos, una niña de once años, y su amigo Erick, quienes descubren un refrigerador en su casi desierto pueblo de La Raya. Ambos amigos deciden venderlo y “hacer un gran negocio,” pero pronto se dan cuenta de que el aparato comienza a mostrar cosas extrañas a quienes se le acercan, desatando una serie de sucesos que van más allá de lo esperado.
La historia avanza mientras Sotera enfrenta una dura realidad: su madre, quien migró a Estados Unidos, podría no regresar a buscarla. Esta situación, común en muchas comunidades oaxaqueñas, coloca a 'La Raya' como una narración que busca dar voz a los niños que viven este tipo de abandono y enfrentar la posibilidad de permanecer en su comunidad mientras el mundo se transforma a su alrededor.
Una cinta en chatino: humor, identidad y crítica social
Cruz, una directora comprometida con la representación cultural de su pueblo, explica que la idea de *La Raya* nació a partir de un contexto muy personal. Desde hace tiempo, la realizadora tuvo la intención de contar una historia sobre un niño en un pueblo, que, al igual que Sotera, debía lidiar con la ausencia de su padre. “Quería contar la historia de la vida de un niño en un pueblo y cómo extrañaba a su papá… Me fui a Estados Unidos y fue una marca,” recuerda la directora. Para ella, que creció escuchando historias junto a una estufa en la cocina, el cine es un medio ideal para “abrazar esa realidad y contarla desde el humor”.
'La Raya' está filmada casi totalmente en chatino, lengua originaria de los pueblos de la sierra oaxaqueña, algo que Cruz considera fundamental para revitalizar y preservar el idioma. “La lengua chatina está en peligro de extinción… si nosotros le ponemos un valor a las lenguas en el cine, éstas sobreviven. La Raya está en chatino para que los niños de mi comunidad se vean representados,” explica Cruz. Su objetivo es que la audiencia vea esta historia en chatino, con subtítulos, igual que suelen ver películas extranjeras en otros idiomas, como inglés o francés.
El proceso detrás de La Raya
La historia de La Raya empezó hace más de una década. Cruz explica que tomó cerca de doce años, desde la escritura hasta la culminación de la grabación, y asegura que uno de los mayores retos fue lograr el financiamiento y la participación activa de su comunidad. 'La Raya' se filmó en el pueblo natal de Cruz, Cieneguilla, en San Juan Quiahije, donde la cineasta buscó el apoyo de sus habitantes para hacer posible la producción. “Primero solicité el apoyo de ellos y expliqué la razón por la que quería hacer una película ahí. Pero también, esta historia no era la historia de ellos, era la historia de todos nosotros,” comenta.
En cuanto al elenco, Yolanda Cruz incluyó tanto a actores profesionales como a miembros de la comunidad. Destaca la actuación de Mónica del Carmen, quien trabajó con los jóvenes actores locales, guiándolos y ayudándolos a desarrollar sus personajes. La directora y su equipo realizaron un casting en diversas regiones chatinas para encontrar a los niños que encarnarían los personajes de Sotera y Erick. “Buscamos a una niña entre 10 y 11 años… hablaba español y chatino, algo fundamental para el personaje,” comenta Cruz, quien está orgullosa de que el elenco represente la autenticidad de su pueblo y cultura.
La raya como un símbolo de la migración y el desarraigo
En La Raya, el refrigerador se convierte en un símbolo de conexión y desconexión entre el norte y el sur, entre Estados Unidos y Oaxaca. Con este elemento, Cruz pone en perspectiva el impacto de la migración en las comunidades indígenas y, en especial, en los niños. "Esta película existe para discutir esta realidad,” reflexiona la directora, quien además confiesa que su obra pretende abrir un diálogo para cuestionar el futuro de esta generación.
Al final, 'La Raya' es un homenaje a la cultura chatina, a sus lenguas y a la vida de las comunidades de la sierra sur de Oaxaca. La cinta representa no solo el esfuerzo de Yolanda Cruz por dar voz a su gente, sino también una forma de reflexionar sobre los desafíos que enfrentan los pueblos indígenas en México.
FICM2024: La Raya: Una historia oaxaqueña en chatino, magia y comedia