Por. Daniel Mumont @danmumont
Dentro del Marco 27 del Festival Internacional de Cine de Guanajuato se presentó la ópera prima del cineasta mexicano Rodrigo Álvarez Flores quien presenta una historia sobre la confabulación de los universos que pueden habitar en un entorno familiar y la falta de comunicación que fractura las relaciones.
Con un cast excepcional encabezado por Ángeles Cruz, quien interpreta a una madre que busca salir adelante a pesar del abandono que ha tenido de su esposo, sus dos hijos, Renato (César Kancino) una joven que ha buscado obtener su lugar en la sociedad, buscando la validación al costo que lo pida, y Abel (Ari López) un adolescente que está explorando su sexualidad pero que la apertura con su familia ha sido complicada, a su vez tiene un problema constante de bullying en su escuela.
Este núcleo familiar que desde un inicio se ve lacerado por la incomprensión, una nula comunicación y sueños rotos, la historia se vuelve más densa cuando Renato (César Kancino) busca salir de su hogar e irse a los estados unidos con la intención de obtener mejores oportunidades, a la par Abel comienza a descubrir su sexualidad que trae consigo una serie de problemas en su escuela, mientras que Gabriela al ser enfermera de un adulto mayor se encuentra en la difícil decisión de darle una nueva oportunidad al amor, buscando sobrellevar la situación familiar, siendo la capitana del barco que pareciera pronto va a hundirse.
Desarrollada completamente en la ciudad de Tijuana, Alejandro Guzmán es el encargado de llevarnos por los rincones de la casa de esta familia, al tener varios planos secuencias, que permiten te sientas parte de la historia, la profundidad de cada cuadro, logran catalizar esta historia contada desde diferentes perspectivas.
Angeles Cruz nos demuestra una faceta más, ahora con esta madre que busca el bienestar de sus hijos pero que a su vez es de esas madres mexicanas que con mano dura buscan forjar las actitudes de ellos, mientras que al mismo tiempo intentará volverse a enamorar, aunque tal vez las maneras sean lo que a ella la detengan.
Una de las actuaciones especiales que tiene esta película pero que debemos destacar es sin duda, Andrés Delgado, quien ha logrado contar narrativas profundas y cada vez con una carga emocional más fuerte, Delgado interpreta a Sebástian uno de los amigos de Renato, quienes a pesar de la visible hermandad que pudiera existir, el drama clásico se vuelve presente una vez más ante la lucha por el amor de una mujer. Su interpretación es voraz, salvaje, logrando permear un personaje que existe y que ha logrado enmarcar con el nivel de fisicalidad que le requiere el personaje.
Ari López a quien recientemente hemos visto en ‘Todos los incendios’, se vuelve una promesa juvenil para la industria cinematográfica, pues una vez más nos demuestra un pequeño fragmento de una adolescencia que haciendo honor a la etapa que vive, lastima y se ve fragmentado por confusiones, exploraciones y la germinación del primer amor.
César Kancino, dando vida a Renato, este joven que busca hacer el bien, pero no sabe cómo, y a qué su vez se ve mal influenciado a cometer actos ilícitos que lo llevan a pensar constantemente en una vida distinta alejada de su realidad.
‘Soy lo que nunca fui’, termina siendo una de las mejores cintas que va del año, presentando una historia fresca, muy humana que sensibiliza y crea puentes de empatía y perspectivas ,a través de 3 miradas en la que podrás elegir tu propia conclusión de este drama familiar.
GIFF27: 'Soy lo que nunca fui': una historia de perspectiva que conjunta miradas y crea empatía