Filmada en la pequeña comunidad de Villa de Guadalupe Victoria, "Valentina, la serenidad" aprovecha la riqueza natural del entorno para transmitir la esencia y emotividad de su historia. El paisaje y los elementos de la naturaleza no solo son un marco visual para la película, sino que se convierten en una parte integral de la narrativa, ayudando a plasmar el viaje emocional de los personajes y su relación con la tierra, el duelo y el proceso de sanación.
La trama sigue a Valentina, una niña que pierde a su padre en un accidente en el río. Inconforme con la explicación de su muerte, comienza a buscarlo en todos los lugares donde solían compartir momentos. A medida que no encuentra respuestas, Valentina se convierte en una niña solitaria. Con el apoyo de su familia y del tiempo, su dolor comienza a encontrar espacio, y poco a poco logra superar la ausencia de su padre, enfrentando el duelo.
La directora Ángeles ha señalado que uno de los temas centrales de la película es la manera en que la infancia enfrenta la pérdida y el duelo, destacando la importancia del asombro y la imaginación como medios para sobrellevar momentos difíciles: "No puedo perder el asombro de la infancia, el asombro del descubrimiento, de sentirnos que cada vez que caminamos hay una flor que está abriendo, o un bichito que va caminando."
La película destaca cómo Valentina, a través de su inocencia, busca en los lugares que compartía con su padre señales de su presencia. Esta búsqueda refleja el deseo de mantener viva la conexión con los seres queridos que han partido: "A partir de la inocencia de Valentina podemos ver al papá en todos esos espacios que fueron tan entrañables para ellos. Me encanta que el personaje del padre sea tan poderoso y que, desde la perspectiva de Valentina, ella lo vea en cada rincón, en cada lugar que compartieron", señaló Ángeles en una entrevista con Cinespoilers México.
El duelo y la fortaleza
La película aborda el duelo desde una perspectiva profunda y emotiva, enfocándose en cómo los personajes encuentran fortaleza a través de la vulnerabilidad. Ángeles describe este proceso como un viaje emocional en el que se encuentran pequeños signos de presencia en lugar de ausencia: "Hablar del duelo es también hablar de nuestras fortalezas. Justo en el momento más vulnerable es donde encontramos nuestra fuerza."
La conexión con la naturaleza en Villa de Guadalupe Victoria se convierte en un recordatorio constante de la presencia del padre de Valentina, creando un paralelismo entre el entorno natural y el proceso interno de sanación de los personajes.
Filmación en Villa de Guadalupe Victoria
La elección de este pueblo para la filmación no es casual. Su paisaje, sus sonidos y su vida cotidiana son parte de la atmósfera que rodea la historia. "Me llama mucho la atención la lluvia, me gusta mucho, y pensé en cómo, en un pueblo donde rendimos tributo al agua porque nos trae nuestros alimentos, podría reflejarse ese tributo en la historia de Valentina," comenta Ángeles sobre su inspiración para la película.
El entorno natural se convierte, entonces, en un reflejo del proceso emocional de Valentina y su familia, haciendo de la comunidad y su riqueza natural una parte esencial de la narrativa de la película.
"Valentina, la serenidad" es una película que invita a la reflexión sobre la vida, la muerte y la importancia de nuestras raíces. A través de una narrativa íntima y llena de sensibilidad, Ángeles nos lleva a conectar con temas universales como la pérdida y la fortaleza interior, mostrando cómo la naturaleza y el tiempo pueden ayudar a sanar las heridas más profundas.
'Valentina o la serenidad' un abrazo que acompaña y sana